Empaquetaría este olor a hierba seca y soleada para llevarle de regreso a mi próximo destino.
Reinventaría este cielo diáfano en el techo de aquel cuarto inconcluso y vacío que deje en otro mundo.
Este silencio abrupto me llena de una conmoción que se agota cuando mi garganta pretende insinuar algo.
Llantos y risas retumban en esta noche de emoción artificial.
La sequedad de la luz me invita a pasar un buen rato a su lado y puedo entrever el fruto de aquel gran bolso de ilusiones condenadas.
Las estrellas hoy se posan, alucinantes, en este escenario de troncos caídos y lunas medias; terraplén de alegría y amplio bienestar.
Paraíso sin fin, multitud sin contar, puedo perderme en este paisaje de nubes y arbustos, puedo encontrarme de mano de un niño, dulce portador del futuro.
lindo, Rochi
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