Con tan sólo 16 años, María pasó por muchas más cosas que una chica promedio de su misma edad. Nació el 12 de octubre de 1994 en la localidad de Villa Nueva, en el partido de Berisso de la Provincia de Buenos Aires, lugar donde hasta el día hoy vive en un ranchito con seis de sus siete hermanos: Ángel, Brian, Juan Pablo, Carla, Leonela y Candela, y su mamá Alejandra.
Dejó la escuela especial nº 501 hace dos años, cuando se embarazó del que en ese entonces era su novio, Jorge. Es hipertensa, pero no por eso deja de tomar el mate muy dulce y a causa de esto y de una discusión con los vecinos tuvo un ataque de presión que la llevó a parir seismesino a Matías Benjamín el 16 de octubre de 2009.
Desde ese entonces el nene, que ya tiene un año, dos meses y tres días –la familia entera lleva el cálculo- está en la ex Casa Cuna de La Plata, que queda a unas 20 cuadras del lugar en donde “viven”, si así es que se le puede decir a las condiciones indignas en las que se encuentran.
Apenas quedó embarazada, María sufrió grandes traumas. Primero con la familia: La mamá, Alejandra, quiso que abortara y como no lo consiguiera debido a la rotunda negación de María, quien se pregunta y se responde: “¿Hice hijo para tirarlo? No”, la drogaron con pastillas “del día después”.
- Me empastillaron, estuve grave. En peratia impensiva.
- ¿Qué? Ah… ¿terapia intensiva?
- Sí, eso. Tuve un montón de mangueras –responde queriendo mostrarse fuerte.
- ¿Pero vos querías tenerlo al nene?
- Sí, si.
- ¿Por qué? ¿Para retener a tu novio?
- Yo quise tenerlo para que se quedara aunque a la vez él me pegaba.
Jorge, diez años mayor que María, se mudó a su casa dos días después de comenzar a salir juntos. Él la obligaba a tener relaciones sexuales, aún sabiendo que ella tenía una infección urinaria, de la cual se contagiaría un tiempo después.
Ahora, luego de una discusión con Alejandra por la cual tuvo que mudarse, Jorge sale con una chica discapacitada que sufre de retraso mental y en el barrio se comenta va a tener otra hija. Aún así, sigue buscando a María, quien opina: “Yo no le quiero pegar a la piba, a ver si me llevan presa. Además, yo no le quiero pegar a una discapacitada porque mi hermano también es discapacitado”.
Incluso encontrándose en la situación en la que está, Jorge quiso llevarse a su hijo para darle su apellido y criarlo con su nueva mujer. Pero en su posición de madre, María no sólo le negó la custodia sino que además afirmó orgullosa: “Matías va a llevar mi apellido y a donde yo esté, yo me lo voy a llevar”.
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La realidad es que el caso va más allá de la buena voluntad de María. Por ahora los ocho hermanos son indocumentados ya que Alejandra recibió su DNI hace un mes y recién ahora pudo comenzar a tramitar el de sus hijos. “¿Sabes cómo se puso contenta mi mamá cuando se lo dieron?”, afirma María.
Pero este es un tema de gran impedimento a la hora de obtener la custodia del bebé. Tan importante es, que la justicia quiso llevar a Matías Benjamín a la adopción, y si no hubiera sido porque su abuela reclamó a capa y espada la guarda de su nieto, el mismo estaría en un orfanato esperando la decisión de algún juez. “Menos mal que mi mamá aceptó hacerse cargo”, dice María agradecida.
De todas formas, madre e hija no están atravesando una buena etapa. Desde el embarazo la relación entre ellas dejó de ser lo fluida que solía ser y María no perdonará jamás que hayan querido hacerla abortar. Además alegará: “Ahora, mi mamá y el marido me lo quieren sacar a Matías, los descubrí diciéndolo”.
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Hará unos tres meses María comenzó a sentirse caída, pálida y pasó varios días en cama. Según ella y su familia, esto ocurrió debido a una brujería.
- Me hicieron un daño, dormía y me despertaba llorando.
- Pero ¿quién crees que pudo ser?
- La Daniela. Es la ex de un hombre con el que yo salía, Omar.
- ¿Omar? ¿Y cuántos años tiene?
- Y… es grande.
- Pero aproximadamente…
- Tendrá unos cuarenta y algo.
- Y entonces ¿comenzaste a salir con el después de que te separaste de Jorge?
- Si. Unos meses después. Él lo quería al nene, lo iba a ver.
Omar, vive en la esquina de la 67, la misma cuadra en donde está ubicada la casa de la familia de María. No tiene un trabajo estable y sobrevive de alguna que otra changa. Durante el tiempo en que salieron, María se quedaba en su casa, pero cuando comenzó a “caer la asistente, me tuve que volver con mi familia”.
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La familia entera vive en un ranchito que consta de una cocina de 3x5 y un cuarto que a duras penas llegará a unos 6x5. En él, una cama matrimonial y tres cuchetas aglomeran el sueño de sus ocupantes. El baño, como generalmente sucede en esta clase de hogares, se encuentra detrás de la casa y no es más que un pozo ciego, sin luz y con olor a cloaca.
De acuerdo a lo que podría esperarse, la casa no es de concreto sino que los materiales más fuertes son algunas tablas de madera que hacen de viga para los pedazos de chapa que juegan el rol de techo.
El piso, lógicamente de barro, no pasará por alto cualquier cambio climático: Ante una pequeña lluvia convertirá a la casa en un completo barrial y el calor del verano lo secará de tal manera que llegará a producir grietas.
¿Cuántas Marías más engendrará este país? Hoy las calles de Villa Nueva no son más que un muestrario de la negligencia, la desidia y el abandono en la que se encuentran inmersos gran cantidad de argentinos.